Oye Multitud – El Periodismo y La Iglesia

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Por Dra. Claudia Hernandez

La iglesia considera los medios de comunicación social como el resultado del proceso histórico científico por el que la humanidad avanza cada vez más en el descubrimiento de los recursos y de los valores encerrados en todo lo creado.

La Iglesia ha declarado a menudo su convicción de que los medios de comunicación son maravillosos inventos de la técnica que ya hacen mucho para afrontar las necesidades humanas y pueden hacer mucho más.

Desde el punto de vista de la Iglesia, la historia de la comunicación humana es como un largo viaje, que lleva a la humanidad desde el orgulloso proyecto de Babel y la caída en la confusión e incomprensión mutua que refleja Génesis 11:1-9, hasta Pentecostés y el don de lenguas: una restauración de la comunicación centrada en Jesús, bajo la acción del Espíritu Santo, modelo de la comunicación entre los hombres lo encontramos en Dios que se ha hecho hombre y hermano.

Los medios modernos de comunicación social son una parte importante de esta historia, aunque hay que distinguir cuidadosamente el progreso terreno del crecimiento del Reino de Dios en la medida en que puede contribuir a ordenar mejor la sociedad humana.

Hoy esto se aplica al periodismo y la Internet, entre otros, que están contribuyendo a realizar cambios revolucionarios en el comercio, la educación, la política, las relaciones entre las naciones y entre las culturas, cambios no solo en el modo como la gente se comunica, sino también en el modo como comprende su vida.

La Iglesia tiene un doble objetivo con respecto a los medios de comunicación. Uno de ellos consiste en fomentar su correcto desarrollo y uso con vista al progreso humano, la justicia y la paz, para la construcción de la sociedad en los ámbitos local, nacional y comunitario a la luz del bien común y con espíritu de solidaridad. Al considerar la gran importancia de las comunicaciones sociales, la Iglesia desea poder entablar un diálogo honrado y respetuoso con los responsables de los medios de comunicación. Este diálogo implica que la Iglesia se esfuerce en comprender los medios de comunicación, sus objetivos, sus estructuras internas y sus modalidades y que sostenga y anime a los que trabajan en ellos. Basándose en esta comprensión y este apoyo, se pueden hacer propuestas significativas con vistas a la eliminación de los obstáculos que se oponen al progreso humano y a la proclamación del Evangelio.

Dios sigue comunicándose con la humanidad a través de la Iglesia, portadora y depositaria de su revelación, a cuyo ministerio de enseñanza viva ha confiado la tarea de interpretar de modo auténtico su palabra. Por lo tanto, la comunicación es la esencia de la Iglesia y por esta razón, más que por cualquier otra, el ejercicio de la comunicación por parte de la Iglesia debería ser ejemplar, reflejando los elevados modelos de verdad, responsabilidad y sensibilidad con respecto a los derechos humanos, así como otros importantes principios y normas.

La integración en esta nueva cultura creada por la comunicación moderna no solo es muy importante, sino que es muy conveniente hoy en día, no solo porque los medios de comunicación ejercen una fuerte influencia en lo que la gente piensa sobre la vida, sino también porque en gran parte la experiencia humana como tal ha llegado a ser una experiencia de los medios de comunicación

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