Por: Valentin Medrano
La Biblia dice que es más pecador quién a sabiendas peca. Es como la premeditación que agrava al delito. Por eso me apena mucho que quienes siendo abogados hagan causa común con quienes sin saber de derecho culpan a una pieza legal de la causa de la criminalidad. Es acientífico.
El derecho es una ciencia con ciencias fuentes auxiliares como la criminología con sus teorías y tesis de origen de la criminalidad. En ningún punto la ciencia, cualquier ciencia, concluye que como causa del delito existe una norma.
Los abogados lo sabemos, y callamos ante el reclamo populista de ver en la norma la causa de la delincuencia, causa que todo el mundo científico ubica en la falta de oportunidad, la pobreza, la marginalidad, falta de una buena alimentación a cierta edad y de educación entre otras causales.
Un código procesal es una forma de hacer las cosas, la manera en que lícitamente se debe proceder y en nuestro caso con base en la Constitución que establece sus límites positivados. El Código Procesal Penal dominicano plantea en papel normativo los límites que ya la Constitución establece. Decir que el código es causa de la criminalidad es decir que la Constitución es causa de la criminalidad y con ello y en ello todo el avance mundial científico de humanización de procesos penales y salvaguarda de derechos humanos.
La muletilla sólo sirve para afianzar el histórico irrespeto de las autoridades policiales a las normas procesales, su vaciedad ética y su complicidad consciente con la impunidad y los falsos positivos, y con ello hacerse el gracioso con el populismo salvaje y contraderecho.
Más penas no ha sido sinonimo de menos criminalidad. Y les convoco a leer pasmados los titulares de los periódicos judiciales en donde de forma alegre, diariamente, se recoge que nuestros tribunales de condenas, que no son de otra cosa, imponen 40, 30 y 20 años a mansalva. Y ni siquiera eso influye en la disminución de la ocurrencia de delitos. Así que hay que apuntar hacia otro lado, o no?
