Tecnologia

Internet por el enchufe: probamos el equipo Powerline Devolo 1200+ WiFi Starter Kit

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A la hora de llevar Internet por toda la casa, la manera más sencilla es usar un router Wi-Fi y (eventualmente) repetidores que extiendan la cobertura de la señal inalámbrica a donde el router base no llega. Pero no siempre es posible, principalmente porque cada casa es un poco única, y la ubicación de las antenas puede dejar zonas "muertas", donde la señal simplemente no llega, o no es buena.

Yahoo.- A la hora de llevar Internet por toda la casa, la manera más sencilla es usar un router Wi-Fi y (eventualmente) repetidores que extiendan la cobertura de la señal inalámbrica a donde el router base no llega. Pero no siempre es posible, principalmente porque cada casa es un poco única, y la ubicación de las antenas puede dejar zonas “muertas”, donde la señal simplemente no llega, o no es buena.

Una alternativa es ampliar la cobertura con un cable Ethernet, por dentro o fuera de la pared; otro, apelar a un estándar que tiene varios años en el mercado, llamado Powerline (también conocido como PLC), y que aprovecha los cables de electricidad convencionales (vivo, neutro y tierra) para llevar los datos de un lado al otro de la casa. La ventaja es que no hay que sumar cables nuevos (aprovecha el tendido ya existente) y permite saltar paredes gruesas y otros elementos que pueden frenar una señal Wi-Fi; alcanza con tener un par de enchufes disponibles. Es una solución más onerosa que la de un repetidor Wi-Fi convencional, pero puede ser la salvación si una antena normal no alcanza.

Estuve probando un kit de Devolo, una firma alemana que actualizó su oferta en la Argentina a principios de año, y que viene a disputarle el dominio al rey del mercado local en ese rubro, el TP-Link WPA4220 (hay de varias otras marcas y modelos).

Cómo funciona Powerline

Primero, algunas consideraciones generales sobre Powerline, que atañen a la tecnología en sí, y no tiene que ver con el fabricante de la antena o adaptador:

Lo que hacen es usar los cables de electricidad para agregar una boca de red, que puede ser Wi-Fi o cableada (o ambas), Para eso necesita dos dispositivos: un adaptador que va enchufado al router que trae internet, y que manda la señal a la red eléctrica del hogar (y que sólo cumple esa función) y otro que brinda la conectividad; se pueden sumar más bocas que se conectan a ese adaptador original. Como los datos entre las repetidoras viajan por cable, liberan el Wi-Fi para dar servicio a los dispositivos, y no lo usan para transmitir información entre antenas, como sucede cuando usamos un router y un repetidor inalámbrico.

La némesis del Powerline son las fases: todos los elementos (el adaptador y las bocas) deben compartir la misma fase eléctrica para funcionar correctamente, porque usan la corriente para transmitir la señal; si hay circuitos independientes en una casa, no habrá conectividad entre uno y otro. Antes que nada habrá que verificar este punto.

De la misma forma, aún dentro de la misma fase (es decir, del mismo circuito eléctrico) cada corte de cable degrada la señal. Por eso todos los fabricantes recomiendan enchufar el adaptador y las bocas (la antena Wi-Fi o el conector Ethernet que llevará Internet a una zona de la casa) directo a la pared y no a una zapatilla. Si entre el adaptador que mete la señal de Internet en la pared y la boca que la comparte con los usuarios hay mil cortes (de enchufes) eso degradará la señal, lo mismo que la distancia, que se mide por el recorrido del cable y no por la separación en línea recta del adaptador y la antena. Pueden estar cerca uno del otro, pero si el circuito eléctrico está armado para que recorra toda la casa antes de llegar a esa habitación, eso impactará en la calidad de la señal. Si los cables son viejos, si están mal aislados, si la tensión es inestable también afectarán la calidad de la señal.

Si al Wi-Fi lo afectan la distancia, las paredes, los muebles y la vegetación, al Powerline lo afecta la distancia, los cortes en los cables y otros aparatos eléctricos enchufados a esa red eléctrica y que meten “ruido” (aires acondicionados, heladeras).

¿Funciona?

Esas son las limitaciones. Lo bueno es que Powerline funciona: en mi caso, en un cuartito al que una repetidora Wi-Fi le daba un servicio pobrísimo, poner una antena PLC cambió por completo la calidad de la señal, aun cuando hice “todo mal”, enchufando ambos equipos a zapatillas y no a la pared, para probar cuánto perdía de señal. Quedó muy lejos de la velocidad máxima teórica, pero pero aún así me ofreció un ancho de banda mayor que el que hubiera tenido con un buen Wi-Fi. Cumplió con creces su objetivo, y ofreció un buen servicio, tanto en las conexiones cableadas como en la inalámbrica.

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