Salud

Advierten que la era postantibióticos y la amenaza abierta de las bacterias resistentes ya han llegado

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El Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos es una de las máximas autoridades mundiales en el campo de la medicina y, sobre todo, en la reacción ante casos de epidemias o amenazas a la salud pública. Por ello, un nuevo reporte de esa entidad ha recibido especial atención por el muy directo e inquietante lenguaje y datos que plantea.

Yahoo.- El Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos es una de las máximas autoridades mundiales en el campo de la medicina y, sobre todo, en la reacción ante casos de epidemias o amenazas a la salud pública. Por ello, un nuevo reporte de esa entidad ha recibido especial atención por el muy directo e inquietante lenguaje y datos que plantea.

En ese documento, el CDC alerta que la “era postantibióticos” ya está aquí, al referirse a que existe una considerable, extendida y peligrosa variedad de microorganismos resistentes a los antibióticos disponibles y, por ello, sumamente dañinos y letales.

Y no se trataría ya meramente de un problema reservado a unos pocos casos raros o restringidos a algunos hospitales. En el reporte se señala que cada año unas 2.8 millones de infecciones causadas por bacterias resistentes se registran en Estados Unidos y anualmente unas 35,000 personas fallecen por ello. Tan solo los casos de una de esas bacterias, Clostridioides difficile, provocó 223,900 hospitalizaciones y 12,800 fallecimientos en 2017.

EL CDC ha identificado 18 microorganismos resistentes a antibióticos que son los que más atención requieren actualmente. En ellos no se incluyen virus o parásitos, que no son en sí tratables con antibióticos, y cinco de ellos son consideradas amenazas mayores, que requieren atención urgente.

Son las bacterias conocidas como acinetobacter resistentes al Carbapenem, Candida auris, las enterobacterias resistentes al Carbapenem, la Neisseria gonorrhoeae resistente y la citada Clostridioides difficile.

El reporte especifica que toda la población está en algún modo en riesgo, y no solo pacientes hospitalarios o personas inmunodeficientes, si bien ciertamente esos dos grupos enfrentan riesgos mucho mayores y quienes presentan casos más frecuentes y severos. Y problemas de resistencia a antibióticos se sufren en todo el mundo, y puede esparcirse con rapidez, por lo que coordinación y prevención a escala internacional son necesarias para enfrentar este creciente problema.

Creciente, además, porque el desarrollo de nuevos antibióticos u otros tratamientos capaces de vencer a las bacterias resistentes a los fármacos actuales es un proceso lento e incierto, y no puede suponerse que se deba o pueda esperar a que se desarrollen nuevas curas.

Por el contrario, el reporte sugiere que ha de aceptarse que la amenaza de las bacterias resistentes es grande, no se disipará pronto y podría agravarse. Muchos tratamientos médicos, como cirugías o el manejo de padecimientos crónicos, pueden ser severamente afectados por bacterias resistentes a antibióticos y producir estragos en los pacientes.

Y, además de los efectos en la salud y las muertes causadas por estos microorganismos, hay que añadir las pérdidas económicas que la enfermedad genera en las personas, familias e instituciones, y los costos adicionales de las labores de prevención y contención a escala social.

El problema, así, tienen múltiples dimensiones y por ello la citada “era postantibióticos” implica escenarios ominosos que requiere, señala el CDC, atención y recursos de primera magnitud.

Por ello, plantea que la prevención de infecciones, un mejor uso de los antibióticos disponibles (para evitar su uso excesivo o impropio y con ello evitar el desarrollo de resistencia en las bacterias) y detener frontalmente la diseminación de esa resistencia una vez que se ha dado.

La labor preventiva en hospitales, y la atención y contención cuando se ha registrado ya una infección de esa clase, son claves y ya han logrado en años recientes, de acuerdo al CDC, logros importantes. Por ejemplo, una baja del 27% de los casos hospitalarios entre 2012 y 2017. Pero eso no sería suficiente, pues las bacterias resistentes pueden esparcirse también en cierta medida en las comunidades.

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