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Los creadores de rumores. El nuevo y más caro chantaje

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Por: Valentín Medrano Peña.

Siguiendo la línea. En la misma tónica.

“Los medios han servido de mucho y a muchos propósitos: han abonado el camino de la paz y de la guerra, han contribuido a aminorar y aumentar conflictos, han propulsado héroes y villanos, han luchado por la verdad y por la mentira, han destronado malos y buenos gobiernos”. (Twit)

Los medios de comunicaciones y las redes sociales como medio de información, emisión-recepción de ideas, mensajes y contenidos, tienen una gran responsabilidad en sus manos y una influencia extraordinaria en la fijación de ideas, orientación de pensamientos y cualificación de los ciudadanos.

Pueden hacer ver a un villano malvado como un sano niño miembro del coro angelical de niños cantores de Viena, todo un querubín, y a un buen hombre como un malvado despiadado o corrupto, lo que dependerá de sus intereses.

La zafra electoral potencia esas malas acciones, pues ambas son nocivas, y nos vemos con críticas aberrantes constantes en torno a una persona, críticas que pueden servir para reducir caudales de votos, para disminuir posibilidades y para favorecer como contrapartida a quienes se quiere emerjan o se mantengan en el poder según sea el caso. De igual forma con loas, muchas veces camufladas, para no verse tan obvios, para potabilizar y elevar a sus candidatos.

Algunos de los denominados influencers de los medios y redes sociales, otros pocos llamados líderes de opiniones, han prosperado, se han elevado económicamente, sin embargo, dicen defender a los pobres, al pueblo, pero viven como ricos, se codean con los ricos, y nunca sacan un peso de sus bolsillos para ayudar a los necesitados, quienes no obstante los idolatran. Ellos y los gobiernos y los mega emporios y consorcios tienen el mismo blanco de público, una sociedad embrutecida, que no es capaz de razonar para separar las cizañas del trigo, para reconocer la verdad.

Pero no siempre la culpa es de estos molotes carentes de oportunidad, sin educación ni formación adecuada, que se repiten y reproducen en patrones conductuales rígidos que los hacen nacer, crecer y rehacerse para repetir los mismos errores y para ser alabarderos y repetidores y público y pueblo utilizables, referencia y mención, pero nunca finalidad.

Es increíble que puedan ser timados con los mismos trucos, tropezar tantas veces con las mismas piedras, acudiendo y reaccionando siempre respecto a los mismos héroes ya desenmascarados, que cobran en comerciales para el fisco y efectivo para la evasión, si de todos modos no importaría pues están vacunados contra la ley.

¿Cómo es posible que se sea tan ciego teniendo lentes acordes a la necesidad visual? No se quiere ver, se niegan a ver, ver y pensar es capacidad cedida, y solo se sirve para sumarse a los criterios ajenos, de esos hacedores de cualidades, a los que damos apoyo-likes para engordarlos y hacerles cobrar cada vez más caro y en nuestro nombre por sus ventas de rumores y chantajes.

Los fabricantes de rumores tienen descaro y desfachatez, no se inmutan ante las contrapruebas de sus maquinaciones, no tienen la entereza de reconocer su falacia, si total, aquí todo se olvida, todo pasa, y aún condenados como difamadores, vuelven a afirmar, a juzgar y a condenar como si na’ e’ na’.

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